domingo, 24 de julio de 2011

EL SACRIFICIO DE FIDELIDAD DE ABRAHAM. SECCIÓN IX

Continuación de la Introducción VIII.
Si Abraham no rehusó dar a su
hijo, Dios tampoco lo iba a dejar abandonado a su suerte. Entonces alzó Abraham sus ojos, y miró, y he aquí un carnero a su espalda trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham, tomó el carnero y ofreciólo en holocausto en lugar de su hijo. (Génesis 22:8-13). foto. La descendencia seria como las estrellas).

Podemos hacernos algunas preguntas: ¿Porque las dos religiones monoteístas, siguen practicando el rito del sacrificio del cordero? ¡Que sentido tienen! Si no creen en Cristo Jesús como su salvador.

El Dr. Hans K. LaRondelle El afirmar en qué forma las promesas hechas a Abraham encuentra su cumplimiento final en el Mesías, d
ice: "Cristo es la meta de la misión de Abraham e Israel. Cristo vino para redimir al mundo y a la raza humana como un todo. La salvación viene de los judíos, pero no es solamente para los judíos" (foto. Abraham con su familia).

Isaac, él único hijo de Abraham, nacido por milagro, es un tipo de Jesús, el único hijo de Dios, así como Abraham sirve como un tipo de Dios. También la relación que existió entre este padre terrenal y su hijo, ilustra la relación íntima y eterna que existe entre Dios el Padre y su Hijo Jesús. Ninguna otra relación humana en toda la Biblia representa tan bien el evangelio.

¿Estaba Dios predispuesto a elegir a Isaac para prefigurar al Salvador del mundo? No, de ninguna manera, pero Dios estaba decidido a realizar su plan d
ivino por medio de su propia iniciativa basada totalmente en una relación de fe con Abraham.

Eligió a
Isaac porque era el cumplimiento de su promesa original y que había repetido con frecuencia, y porque Isaac era una demostración viviente de la fe y de la iniciativa de Dios. Abraham y Sara trataron de buscarle la vuelta a su confianza esencial en Dios y en su iniciativa por medio de sus propias obras. (foto Isaac, y Ismael).

Hay muchos que piensan que Dios eligió a Isaac y no a Ismael sencilla
mente porque la madre de este último era una esclava. Sin embargo, ¿que podemos decir de la elección de jacob sobre Esaú? Sus orígenes eran idénticos. En su sabiduría soberanía, el Omnisciente Dios tuvo la prerrogativa de asignar diferentes tareas a diferentes individuos para cumplir su misión en el mundo. (H. S. Philip G. S. p.41-42).

Es cierto que somos salvos por la fe en Cristo Jesús, queramos admitirlo o no, pero una fe expresada
en acciones, no de palabra solamente, sino de hechos. Una fe que permite que Dios obre a través del hombre hacia el hombre.

Algunos comentadores han ilustrado a Isaac, como un niño, lejos esta
de la realidad, era un joven de 20 años. ¿Que palabras de ánimo le habría dirigido su hijo a su padre? Considerando como hemos mencionado anteriormente Isaac, era si único hijo, y podemos ver algunos paralelismos significativos y específicos entre Abraham y Dios, y entre Isaac y Jesús, el Hijo de Dios.

En primer lugar, Dios se refiere a Isaac en todo el contenido del libro, como el "único hijo" de Abraham. Cierto que tuvo más hijos, pero este era entre Sara y Abraham, el primogénito. El termino usado es "único hijo" (yajid) en hebreo en un sentido absoluto. En árabe tenemos la palabra, (Wahid) tiene el mismo significado que el hebreo. (foto. El cacrificio de Isaac simvolizaba el de Cristo).

El Islam i
nterpreta mal el significado de la primogenitura, ¿Quien puede racionar con un árabe? es como tocar a una piedra. De ninguna manera fue el único engendrado, pero fuel el único hijo de la promesa, ¿No es Dios el que elige? o ¿es el hombre? si en Dios quien elige al hijo de la promesa, ¿porque el Islam no lo reconoce a Isaac como el primogénito?

El plan de Dios desde el principio era que el heredero de la promesa saliese de Sara y de Abraham, no de otra mujer y menos de una esclava. Pero el hombre siempre quiere hacer su propio camino y no deja a Dios actuar.

martes, 19 de julio de 2011

EL SACRIFICIO DE FIDELIDAD DE ABRAHAM.SECCIÓN VIII

Continuación de la sección VII.
En este recorrido atraves del tiempo, vemos a los soldados levantarlo y dejar caer la cruz, produciendo un golpe seco en el oyó profundo. El Salvador no dejo oír un murmullo de queja. Su rostro permaneció sereno. Pero había
grandes gotas de sudor sobre su frente. No hubo mano compasiva que enjuagase el rocío de muerte de su rostro, ni se oyeron palabras de simpatía y fidelidad inquebrantable que sostuviese su corazón humano. . .
(foto. la oración antes del sacrificio).

Con labios temblorosos dijo: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Su espíritu se apartó de sus propios sufrimientos para pensar en el pecado de sus perseguidores, y en la terrible retribución que les tocaría. . .

Retornemos al pasado. Abraham y su hijo llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham el altar, y compuso la leña. ¿Que dialogo hubo entre padre y hijo? ¿cual fue el sufrimiento si lo podemos entender del padre? ¿Que dolor sintió el padre? y ¿su hijo con que mansedumbre fue al altar del sacrificio? (foto. El hijo consuela al padre).

Por la mente de Abraham pasaba la
ley divina "No mataras" el sufrimiento era tal, que aun en esas circunstancias no murmuro Abraham contra Dios, sino que fortaleció su alma espaciándose en la evidencias de la bondad de Dios. Su fe le repitió la promesa: "En Isaac te será llamada descendencia" (Gén. 21:12). Que nos recuerda todo esto.

Con terror y asombro Isaac se enteró de su destino; pero no ofreció resistencia. Con ternura trató de aliviar el dolor de su padre, y animó sus debilitadas manos para que atara las c
uerdas que lo sujetaría al altar. (foto. Abraham se prepara para el sacrificio).

Retrocedamos hacia al futuro. Isaac es un reflejo de la mansedumbre y muerte de Cristo. La ira de Dios contra el pecado, y la terrible manifestación de su desagrado por causa de la iniquidad, llenó de consternación el alma de su Hijo. . .

Al sentir el Salvador que de él se retraía el semblante divino en esta hora de suprema angustia, atravesó su corazón un pesar que nunca podrá comprender plenamente el hombre. Tan grande fué esa agonía que apenas le dejaba sentir el dolor físico. . . (foto. El ángel le detiene).

En esa densa obscuridad, se ocultaba la presencia de Dios. El hace de las tinieblas su pabellón y oculta su gloria de los ojos humanos. . . El Padre estaba con su Hijo. Sin embargo, su presencia no se reveló. En aquella hora terrible, Cristo no fué consolado por la presencia del Padre. Pisó solo el lagar y del pueblo no hubo nadie con él.

A diferencia que Abraham fue consolado por su hijo, Cristo tuvo que sufrir en el lagar solo. Y cuando Abraham extendió su mano para degollar a su hijo. Entonces el ángel de Jehov
á le dio voces del cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Dios no abandono ha su siervo Abraham en este momento de prueba.

Tampoco Dios abandonado a Jesús, en ese momento de prueba, si no fuera así, ¿en quién podía confiar sus seguidores? Un silencio sepulcral parecía
haber caído sobre el Calvario. . . Hombres, mujeres y niños cayeron postrados al suelo. Rayos vívidos fulguraban ocasionalmente de la nube y dejaban ver la cruz y el redentor crucificado. . . (foto. Los niños presencia la cruz).

Entonces "ex
clamo Jesús a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabachtani? " "Dios mío, Dios mío, ¿por que me has desamparado?. . . Jesús exclamó: "Consumado es".
Para Abraha
m no fue así, No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada ya conozco que temes a Dios, pues que no me rehusaste tu hijo, tu único.

Abraham expe
rimento el sufrimiento de Dios por la perdida de su Hijo. El hombre no puede comprender este hecho, pero cualquier Madre que aya perdido a su hijo, puede comprender un poco del dolor de perder del Hijo del hombre. (foto. La hora más sombría de Cristo).

Por la fe, confió en Aquel a quien había sido siempre su placer obedecer. Y mientras, sumiso, se confiaba a Dios, desapareció la sensación de haber perdido el favor de su Padre. Por la fe, Cristo venció.



lunes, 11 de julio de 2011

SACRIFICIO DE FIDELIDAD DE ABRAHAM. SECCIÓN VII

Continuación de la sección VI.
A trabes del largo recorrido que efectuaban padre y el hijo, se rompe el largo silencio, y no es Dios el que lo rompe, sino Isaac. Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? (Gén. 22:7).


Esta pregunta cariñosa debe haber atravesado el corazón de Abrahán. Isaac era un joven bien educado de una culta familia semita, esta forma de habar implicaba un deseo de conocer, en aquella época los hijos bien educados y temerosos de Dios no formulaban tales preguntas en la presencia de su padre sin recibir permiso para hacerlo.

Abraham le dio su permiso cuan le respondió: "Heme aquí, mi hijo". En esta pregunta directa solo expresaba una extrañeza y una inocencia manada de una fe genuina, sin malicia. No hay nada que nos haga sospechar de que Isaac sabia algo y que el iba a ocupar el lugar del cordero.

Los escritores bíblicos rara vez hacen comentarios o aclaran algún aspecto teológico de lo que escriben. Pocas veces nos dan información o hacen algún com
entario con el tema que están tratando. (foto. Con tierno amor Abraham abraza a su hijo, el dolor del siervo de Dios es muy fuerte).

Lo que esta tratando el autor bíblico "es hacernos pensar, y la mejor manera es hablando indirecta o implícitamente" . Pero la pregunta queda en el aire: ¿Como reaccionaría yo, si estuviera en las sandalias de Abraham o como respondería yo ante la petición de Dios? ¿Que aria usted? ¿Cual seria su respuesta ante Dios?

Cierto es que añade una lección espiritual más elevada: el ejemplo de la fe de Abraham, que halla aquí su punto culminante. Isaac le señala la falta de una ofrenda. La respuesta de Abraham no se hace espera, con tierno amor le respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. Abraham va a experimentar lo que Dios sufrió. (foto. Seguramente un camino similar ha este recorrió Abrahán hasta el monte Moria).

Por unos instantes cerramos nuestros ojos, y de descorramos el velo del tiempo, estamos en el año 33 D,C. Getsemani y esta es la escena que vemos. Apartándose, Jesús volvió a su lugar de retiro y cayó postrado, vencido por el horror de una gran obscuridad.


La humanidad del hijo de Dios temblaba en esa hora penosa. Oraba (no rezaba) ahora no por sus discípulos, para que su fe no faltase, sino por su propia alma tentada y agonizante. Había llegado el momento pavoroso, el momento que había de decidir el destino del mundo. La suerte de la humanidad pendía de un hilo. Cristo podía aun ahora negarse a beber de la copa destinada al hombre culpable.

Todavía no era demasiado tarde. Podía enjugar el sangriento sudor de su frente y dejar que el hombre pereciese en su
iniquidad. Podía decir: Reciba el transgresor la penalidad de su pecado, y yo volveré a mi Padre. ¿Beberá el Hijo de Dios la amarga copa de la humillación y la agonía? ¡Sufrirá el inocente las consecuencias de la maldición del pecado, para salvar a los culpables? (foto. Cristo y su última noche)

La palabras caen temblorosamente de los pálidos labios de Jesús: "Padre mío, si no puede este vaso pasar de mí sin que yo lo beba, hágase tu voluntad." Tres veces repitió esta oración.
El calvario: Al llegar al lugar de la ejecución, los presos fueron atados a los instrumentos de tortura. Los dos ladrones se debatieron en las manos de aquellos que los ponían sobre la cruz; pero Jesús no ofreció resistencia. . .


Muchos de los que estaban presenciando tal horror, se preguntaban: ¿Dejaría que se le crucificase Aquel que había dado vida a los muertos? ¿Se sometería el Hijo de Dios a esta muerte cruel? La multitud vió sus manos extendidas sobre la cruz; se trajeron el martillo y los clavos, y mientras éstos se hundían a través de la tierna carne, los afligidos discípulos apartaron de la cruel escena el cuerpo desfalleciente de la madre de Jesús. (foto. Cruel fue la escena, traspasaron las manos de Cristo por nosotros).

martes, 5 de julio de 2011

EL SACRIFICIO DE FIDELIDAD DE ABRAHAM. SECCIÓN VI

Continuación de la sección V.
Después de dejar claro el tema de los ídolos y sacrificios a Moloc. Nos encontramos que Abraham sale de Berseba y se dirige al Monte Moría, durante el largo viaje de tres días hacia el monte del sacrificio, el narrador no menciona nada, si durante el camino, hubo o no una conversación con Isaac.
(foto.dios Moloc)
El lector con gran imaginación se preguntara: ¿Que paso por la mente de Abraham durante el viaje? Nosotros como seres humanos imperfectos, dejaríamos nuestra mente divagar cual ave que no encuentra rumbo. Hay una gran diferencia entre el hombre no creyente, y el hombre que cree en un Dios misericordioso.

Abraham conocía bien a Dios, su caminar durante su peregrinación y su contante comunión con su Dios, repaso esos tres días, como Dios lo protegió, como lo bendijo y como lo salvo de la muerte del Faraón y del rey Filisteo.

Todo era una fuerza moral para su espíritu, pero por otro lado no podía concebir el hecho de Dios le mandara sacrificar a su hijo como lo hacían los pueblos Cananeos. Hora tras hora, día tras día, Abraham se preguntaba en lo más profundo de su corazón, porque, porque, en estos momentos más duros de su vida. (foto. Abraham hacia el monte moria).

Abrahán avanzo por fe. Aun si el lector, si capta la necesidad de Abrahán de demostrar su fe sin saberlo el, (después de tantos fracasos en su vida); aun cuando comprendamos su necesidad de estar
dispuesto a morir al yo, el orgullo y todo lo que conlleva, y a todo lo que más profundamente era un tesoro para el.

Es difícil para el ser humano comprender que Dios le pidiera semejante acto y obedecer sin
murmurar. Si le preguntáramos al lector que aria el ¿Como respondería? A lo largo de mi vida, e visto mucho mundo, pero nunca olvidare aquella madres que perdió a su hijos perdonar al hombre que mato a los que amaban, el amor de Dios se manifestó en perdonar, no en condenar.

Si el lector comprende esto, abra comprendido
el amor de Dios y la lealtad de Abraham, si por lo contrario no es capaz de acertar este hecho, debería de demostrarnos la escasez de nuestra fe y la compresión de que el gran conflicto entre en bien y el mal se esta desarrollando en este mundo. (foto dialogo de Isaac con su padre).

Nuestra mente no puede comprender, el gran conflicto entre el bien y el mal, va mucho más allá de lo que nosotros, como simple mortales, podemos comprender plenamente.

Abraham, durante ese tiempo de su recorrido hasta el monte Moría, lo paso en silencia oración con su Dios como un buen creyente. Por fin, ve la señal que Dios le dijo, y ordena a sus criados que esperen, mientras su hijo y el van subiendo al Monte Moria.

Sin comentarios explícitos, se nos deja libres para imaginarnos los pensamientos de Abraham a medida que cumple tan ingrata misión dada por Dios. Durante el viaje se rompe el silencio. Entonces hablo Isaac a Abrahán su padre, y dijo: Padre mío. (foto. el Monte Moria).

Y el respondió: Heme aquí, mi hijo. Y el dijo: He aquí el fuego y la leña; ¿donde está el cordero para el holocausto? (Gén. 22:7).