CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN CI (101)
La poligamia estaba tan arraigada en Egipto como en Israel antes de salir hacia el desierto. Por está razón, ya que Jehová -conoce perfectamente las tendencias del ser humano dio mandato sobre estas practicas.
Pero Satanás o Iblis se esforzaba más y más en desviar a Israel. La poligamia es una practica de la depravación del ser humano, practicada en Mesopotamia y en el Oriente, propuesta por Satanás Iblis, no por Dios.
Así que Jehová no instituyó la poligamia. Aunque la toleró por un tiempo, reguló la ley mosaica para impedir los abusos (Exo. 21:10, 11; Deut. 21:15-17). Jehová decidió prohibirla se lo notifico a sus siervos mediante su Hijo Jesucristo (Él Mesías).
Jesús recordó a sus oyentes en todas sus predicaciones, que la ley divina era inmutable, y bajo este concepto Jesús declaró que debían ser monógamos (Marcos 10:6-8).
Es evidente por el contexto que la ley de dada a
Moisés en el Sinaí cumplió su propósito en aquel tiempo, pero la
ley de los Diez Mandamientos expuestos por Jesus al pueblo de Israel
y a sus discípulos “ratifico la ley”. Jacob aprendió una lección que no olvidaría, que “el camino de los transgresores es duro” (Prov. 13:15). En esta historia vemos los sinsabores y amarguras de tener más de una mujer.
Los celos por ser la favorita, y el pensar en el engaño y su consentimiento por Lea, les llevo a Lea y a Raquel a una rivalidad por tener más hijos (Lev. 18:18). Lea nunca consiguió el afecto y el cariño de Jacob. (Gén 29:30).
El resultado fue un hogar donde prevalecía la envidia, los celos, las peleas por ser la primera. Conocí algunos bereberes ricos que tenia varias esposas, nos contaba que muchas veces tenia que poner orden en su casa con una “autoridad que pasaba los limites”.
Los más pobres solo tenia una esposa, yo les veía felices y contentos. En proverbios dice: Zarcillo de oro en nariz de puerco, es la mujer hermosa y apartada de razón. Mejor es vivir en un rincón de zaquizamí, que con las mujeres rencillosas en espaciosa casa. Mejor es morar en tierra del desierto, que con la mujer rencillosa e iracunda. (Por. 11:22; 21:9:21:19).
Recapitulemos: Las diversas cuestiones
personales entra Labán y Jacob terminaron en una alianza. Cambiadas
las oportunas explicaciones, Jacob tomo una piedra y la colocó como
massebhah.
Dijo entonces Jacob a sus sirvientes recoger piedras. Y ellos tomaron piedras e hicieron un túmulo y luego comieron sobre el túmulo. Y Labán lo llamó Teghar-sahadhutha mientras que Jacob lo llamó Gal- edh.
Maranata
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