domingo, 22 de abril de 2012

EL PRINCIPIO DE UNA NUEVA ERA. LAS DOS NACIONES. SECCIÓN XII

Continuación de la sección XI.
 Hemos visto las dos caras de la moneda: La pregunta que nos hacemos es ¿Porque Jacob deseaba tanto la primogenitura?  Este problema hay que verlo en el contesto familiar. Isaac prefería a Esaú, como ya mencionamos anteriormente las aventuras y la caza llamaban la atención de Isaac.  

Rebeca estaba convencida de que Jacob tenia que ser el heredero, por muchos motiva, era el que cuidaba de la hacienda de la familia, y  la espiritualidad del clan, se preocupaba de los problemas del clan etc. 

Rebeca recordaba las palabras del ángel, y con percepción más clara que  su esposo, comprendía el carácter de su hijo.  Estaba convencida de que Jacob estaba destinado a heredar la promesa divina, por su carácter  y por su preocupación por el clan.

Es por esta percepción divina, que sus esfuerzos fueron dirigidos durante toda la vida de Jacob. La oraciones de Rebeca hacia un Dios clemente se cumplieron, no de la forma que Dios quería y que tenia preparado para Jacob.  Rebeca tenia que cumplir este deseo al cualquier precio o por los medios que fuera posible.

Y es en este contesto que Rebeca lleva su plan acabo.  Jacob había oído a su madre referirse a la indicación divina de que él recibiría la primogenitura, y desde entonces tuvo un deseo indecible de alcanzar los privilegios que ésta confería.

No era la riqueza lo que Jacob ansiaba del padre; el objeto de su más anhelos era simplemente y llanamente la primogenitura espiritual.  Es decir, tener comunión directa con Dios, como la tuvo Abraham, y ofrecer el sacrificio vespertino y matutino, que simboliza el sacrificio de Cristo en la cruz,

  el sacrificio expiatorio por la familia, y el ser el progenitor del pueblo escogido y del Mesías prometido, y heredad la posesiones inmortales que estaban contenidas en las bendiciones del pacto: éstos eran los honores y prerrogativa que encendían sus deseos más ardientes. 

Sus pensamientos se dirigía constantemente hacia el porvenir, y trataba de comprender sus bendiciones invisibles. (P.P. p. 176).

Esta lucha entre los dos hermanos, me trae a la memoria las dos clases de personas oh grupos que habrá en el tiempo del fin oh el fin del tiempo.  Mucho se ha escrito sobre lo que va acontecer en el próximo milenio.  Falsos profetas se levanta por doquier, solo para llenar sus bolsillos de grandes ganancia a través de hombres y mujeres humildes, pero todos ellos tendrá su fin.

Cuando llegué el tiempo de la gran crisis para el mundo, habrá dos bandos los que guardan los Mandamientos de Dios y tienen el testimonio del Espíritu de Profecía, y los que guardan la ley del mundo en la que la gran mayoría guarda.

La cristiandad se dividirá en dos grandes grupos: A igual que Jacob y Esaú representa dos grupos de adorar a Dios, así habrá dos grupos, los que guarden el Sábado y el domingo. Los que representa a Jacob, serán perseguidos, al igual que el, ya que no podía ir a ver a su madre porque Esaú lo había sentenciado a muerte.

Los que representa a Esaú, serán la gran mayoría, que oprimirán despreciaran, y acusaran y incluso perseguirán a aquellos que no guardan las leyes del mundo.