jueves, 19 de enero de 2017

ABRAHAM Y LAS DOS NACIONES. SECCIÓN XCIV (95)


CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN XCIII (94)
En tiempos del Profeta Malaquías Dios reprende a Israel porque no le devuelve el diezmo a Dios. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todo el diezmo alfolí, y haya alimento en mi casa. . . (Mal. 3:8,9).
Jacob retoma ese momento y hace su promesa solemne a Dios. Con humildad solo pidió alimento y protección, no solamente en el viaje hacia la casa de su tío Lamban, sino el viaje de regreso hacia su hogar que había abandonado. 

Jacob estaría contento sólo con la protección y el alimento diario. No quería ni lujos, ni grandes vienes ni honores ni pode. El ser humano cuanto tiene que aprender de la historia de estos hombres. 

La forma en que Dios bendijo abundantemente a Jacob en años posteriores es una evidencia de la fidelidad de él en este aspecto. Amanera de conclusión de este capitulo diremos lo siguiente: Cada Cristiano, o creyente podríamos aprender una lección vital. 

En tiempos de crisis y calamidades debiera considerar si las bendiciones celestiales quizá no han sido retenidas debido a infidelidades en el pago del diezmo (Hag.1:6-11). El caso de Jacob testifica que nunca es demasiado tarde para volver al camino correcto. 
“Dad al Cesar lo que es del Cesar, y a Dios lo que es de Dios.” La bendiciones del cielo pueden descender sobre el creyente sincero, como ha ocurrido con Job. El propósito de todo el trato de Dios con el hombre es el desarrollo de un carácter que refleje el de su Creador.

Jacob se dirige a la casa de su tío Labán. El viaje es aproximado de mil kilómetros. Hablo bajo mi propia experiencia. El viaje que hice desde Sevilla hasta Merida, en su primera parte estuve andando 40 Km. Hasta llegar a un pueblo sobre la puesta de sol. Salí a las nueve de la mañana y llegue a este pueblo sobre las 8Pm o 830 Pm. Recurrir en unce horas y media 40 Km. Esto sin descansar. 

La distancia desde, donde Salio Jacob, hasta el Valle de Harán hay aproximadamente unos mil Km. Esto le habría llevado un mes de viaje, llenos de peligros. La tierra de los orientales descrita en la Biblia la encontramos en Núm. 23:7; Jue. 6:3. Los hijos de oriente son denominados literalmente, “hijos de Qédem”. “Qédem” significa “oriente” 

 Esta región pertenecía al reino de Babilonia, más tarde perteneció a Asiria. Los reinos eran muy inestables en aquella época. Haran estaba entre los rio Balik y Eufrates. Hay otro factor que debemos tener en cuenta, en el gran desierto de Asirio convergían dos grandes pueblos que también son orientales.
Maranata.
Luis José de Madariaga.
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domingo, 1 de enero de 2017

ABRAHAM Y LAS DOS NACIONES. XCIV (94)


CONTINUACION DE LA SECCIÓN XCIII (93
No fue hecho con un espíritu mercenario, sino en gratitud y confianza. El voto trae obligaciones y derechos.
Hay seis cosas que aborrece Jehová אֵל, o Eloha, אֱלהַּ). Dios Ala. Y aun siete abomina su alma:  

1º Los ojos altivos, 2º la lengua mentirosa, (Sal.18:27;31:18) 3º Las manos derramadoras de sangre inocente. (Isa.1:15; 59:3). 4º El corazón que maquina pensamientos inicuos. 5º Los pies presurosos para correr al mal. 6º El testigo falso que habla mentira. (sal.27:12). 7º Y el que enciende rencillas entre los hermanos.

¿Cuantos puntos abominables tenia Jacob? ¿Cuanto de estos siete puntos tenemos nosotros? Los hombres son dominados por sus inclinaciones y en vez de practicar la abnegación, pasan por alto las consideraciones de más valor. Si se trata de renunciar entre mis apetitos y pasiones y la fidelidad a Dios, debemos de escoger la segunda. Si fuere Dios. . . 

Jacob no demuestra dudas con respecto a Dios él cumple siempre sus promesas, tampoco pone condiciones a Dios. Jacob acepta las condiciones queDios le había dicho. El Eterno él Dios Omnipotente y creador de todas las cosas, arriba en los cielos y en la tierra, le prometio bendecirlo, sólo había una condición lealtad. Jacob muestra la otra cara de la moneda. 

La sumisión, la sinceridad y la reverencia. Gén.28: 20-21. Jacob no dudaba de Dios, no dudaba de sus promesas. Jacob no ponía condiciones a Dios. Ya que él Eterno se había comprometido generosamente con él y además se había comprometido con él, pero la condición era la fidelidad a Dios. 

Con profundo aprecio y interés de corazón, el pensamiento de Jacob se tornó tangible con lo que expresaba. Jacob retrocede en el tiempo de los terahitas, cuando Abraham salio de Ur de los Caldeos. Y el momento que Abraham pago sus diezmos a Dios (Gén. 14:17-20, Heb. 7:4, ). 

“Y de todo de lo que me dieres dijo: el diezmo lo he de apartar para ti.” El hombre creyente que goza da la clara luz de la Palabra de Dios y de sus privilegios, ¿nos contentaremos con darle a Dios menos de lo que daban aquellos que vivieron en la dispensación anterior menos favorecida que la nuestra? 

Esto es para reflexionar. Yo creo por fe que a medida que aumenta las bendiciones de que gozamos, ¿no aumentara nuestras obligaciones en forma correspondiente? Pero ¡ cuán poco las tenemos en cuenta! ¡Hay de los ricos! Y de los menos ricos. Todos somo deudores para con Dios.
Maranata
Luis José de Madariaga.
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No se emitira  este blog hasta el dia 18 de Enero.  Dios mediante.