SECCIÓN CXXVIII (128). ABRAHAM Y LAS DOS NACIONES.

SECCIÓN CXXVIII (128). ABRAHAM Y LAS DOS NACIONES.
CONTINUACIÓN DE LASECCIÓN

Esto nos demuestra el grado de perversión de los hermanos de José. Bíblicamente estos hermanos perdieron todo afecto natural. Sólo había odio, rencor y envidia en sus corazones. La noticia de que José había sido atacado por una fiera salvaje, llego a los oídos del padre. 

Nos encontramos con un detalle que no podemos pasar por alto. Aunque José no podía saber ni sospechar, la providencia estaba guiando sus pasos. ¡Con cuanta frecuencia los senderos mas oscuros de la vida conducen a sus perspectivas más brillantes!

 “Y os aseguro, yo doy fe e ello”, en cuanto a mi vida, mi familia y en cuanto a mi trabajo misionero. Los caminos de Dios son un misterio para el hombre, pero todos según su voluntad, van a un buen termino. 

El hombre creyente debe estar siempre dispuesto a seguir dondequiera que Dios nos guie. Rom. 8:28, 35-39. Ya dijimos anteriormente que José tenía 17 años. El joven no desmereció su condición de esclavo: fue cuidadoso y sagaz en los oficios humildes que le fueron asignados. 

Cuando los padres temerosos de Dios, enseña a sus una educación sana y temerosa en sus creencias religiosas, el joven es un pilar inamovible en el mundo en que vivimos. 

La otra escena, en los campos de Canaán donde Jacob acampaba con su familia, estaba destrozado por la perdida de su hijo José. 

Esta escena triste y de dolor, se repitió siglos más tarde con la muerte de Jesús en la Cruz, El Padre estaba triste viendo a su Hijo vilipendiado por el hombre perverso sin corazón. Fue una escena muy dolorosa. 

Jacob tuvo que pasar esa prueba de dolor en su tienda. Cuando Jacob hubo hecho luto por su hijo por más tiempo que el habitual, su dolor no se mitigaba, sus hijos comenzaron a preocuparse. 

Jacob quería ir al Seol, en hebreo (She'ol),es una palabra sólo en hebreo, ya que no se encuentra en ningún idioma semítico, y su origen es desconocido. José es entregado por un precio razonable a Potifar. 

Nos adentramos en el capitulo del Génesis, donde se desarrolla el propósito de Dios para su pueblo, ya que se tenía que cumplir la profecía dada a Abraham. 

Pero su pueblo seria peregrino durante 400 años y los que le afligieron sería juzgados por Dios. Génesis 15:13-14. 

Y en su cuarta generación volverán acá; porque aún no está cumplida la maldad del amorreo hasta aquí. 

Es decir: Dios castigaría a todos los pueblo que abitaban Canaán, o la llamada palestina. Y contra los designios de Dios, el hombre no puede hacer nada. En su día dare un estodio en el cual los palestinos no eran  oriundos de palestina, ni descendían de los Filisteos.
MARANATA.
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