lunes, 12 de junio de 2017

SECCIÓN CIII (103) ABRAHAM Y LAS DOS NACIONES.


CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN CII (102)
Y dijo Labán: Este tumulto es testigo entre tú y yo hoy – por esto fué el nombre de Gal-'edh, y también de Mispah, puesto que añadió: que Yahvé no mires a los dos cuando estemos fuera de la vista el uno del otro. (Gé,31:545-49). 

Si Labán no realizó su intención hostil, fué porque Dios mismo se interpuso en favor de su siervo. “Poder hay en mi mano—dijo Labán—para hacer mal; mas el Dios de vuestro padre me habló anoche diciendo: 

Guárdate de que no hables a Jacob descomedidamente;” es decir, que no debía inducirlo a volver, ni por la fuerza ni mediante palabras lisonjeras. 
Jacob expuso a Labán como lo trato este a el, y como el era egoísta por naturaleza y que se quedo con toda la dotes de sus dos hijas. 
 
“Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, y el temor de Isaac, no fuera conmigo dijo Jacob,---de cierto me enviarías ahora vacío: vio Dios mi aflicción y el trabajo de mis manos, y reprendióte anoche. (PP. p. 192).

Hay dos aspecto que quisiera señalar en este proceso de ambos lideres. Hay dos oraciones que señala la invocación a las divinidades hechas por parte de los dos que salían hacia sus destino. 
En la conversación que procede, Labán volviéndose al grupo de Jacob, había hablado del ((Dios de vuestro padre)) (Gén. 31:29), Y Jacob en respuesta había hablado del ((Dios de mi padre, el Dios de Abraham, el terror de Isaac (Gén. 31-----.42; cf. 178).

Cuando llega el momento de sancionar la alianza, Labán invoca las divinidades el dios de Nahor (dios Babilónico) y el Dios de Abraham mientras que Jacob responde jurando por (el Terror de su padre Isaac) (Gén.31:53). 

Hay una gran diferencia entre las dos familias en cuanto a su religión. Labán con su politeísmo pronuncio el dios de sus padres, pero esto no excluye al Dios de Jacob. Sus padres adoraban al mismo Dios, (PP. 168). (30)

Génesis 32. Entre los orientales la venganza es justa. Pero ante los ojos de Dios no lo es. Porque el que mate a espada, a espada morirá. Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. 

Y dijo a Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es este; y llamo el nombre de aquel lugar Mahanaim. Cap. 32:1-2. Mahanaim, que significa “doble campamento”, o “doble hueste” se refiere a dos grupos de ángeles, uno que avanzaba delante de él y otro los seguía. 
Ahora la compañía de ángeles nuevamente le aseguró la ayuda divina, esta vez en anticipación de su temido encuentro con su hermano Esaú.
Maranata
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