martes, 7 de junio de 2016

ABRAHAM Y LAS DOS NACIONES JACOB Y ESAÚ SECCIÓN LXXX (80)


CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN LXXIX (79)
Sus propios deseos no santificados lo convirtieron en una fácil victima de los ardientes del tentador. Para los terahitas la primogenitura era un privilegio, tanto en el aspecto económicos como, espiritual ya que sería el patriarca de su pueblo y el sacerdote de su tribu.

Dentro de la narración de este capitulo, encontramos pequeñas piedrecitas brillantes que nos asombra. Ejemplo. ¿Eres tu mi hijo Esaú? ¿Acaso no conocía Isaac a sus hijos? Notemos lo siguientes puntos. 

El tacto de Isaac le estaba afectando, bien sea por su debilidad o por su edad. Por otro lado, su sentido de oído era más agudo y le hizo sospechar de la voz de Jacob. Pero el aroma del campo y las ropas de Esaú (ver.15) y el aroma fragante de las “viandas” (ver. 9) incito sus apetitos y despojo sus temores. 

No podía ver, pero el tacto, el gusto y el olfato prevalecieron sobre el oído. El error original que había llevado a este engaño era el mismo Isaac. El tenia un plan trazado en su mente desde el principio. Y su plan era de investir a Esaú como primogénito, a pesar de las advertencia de Dios. 

Él Señor le había dicho que Jacob iba a ser el primogénito, esta orden divina iba a ser alterada, y como consecuencia Dios permitió que fuera engañado. (ver 1º Samuel 28:6; 1º Reyes. 14:1-6; Hech. 5:1-11). Mas tarde Isaac comprendió su gran error, cuando apareció Esaú. Isaac comprendió su propia responsabilidad por la triste situación. ¿Por qué echar la culpa a Jacob? 

El llego a la conclusión de que cualquier otra tentativa de su parte para actuar en contra de la voluntad de Dios sería inútil. Sabía que no podría hacerlo. Dios a bendecido a Israel espiritual, quien va a ir contra él. 

Al igual que Isaac guardo el pacto y la ley, toda la ley, ¿quien prevalecerá contra el pueblo de Dios? Aquellos que durante 1260 años han perseguido a los cristianos sinceros, o aquellos que en el nombre de Dios están matando a cristianos inocentes. Podrán matar sus cuerpos, pero no su espíritu, porque sus obras siguen delante de ellos. 

Y aquellos como Edon, Moab, que persiguieron a Israel, Dios a su tiempo juzgara a todas las naciones, y no valdrán las escusas de que en tu nombre matamos a los infieles.

En el verso 39 lo que recreemos que fue una bendición para Esaú, no lo fue. Una vez más hablo Isaac, por inspiración divina
en cuanto a la situación de Esaú. 

Sin embargo,este pronunciamiento no es llamado una “bendición” en realidad era una maldición modificada. En el texto hay una preposición “de” , min, que significa “lejos de”. Lejos de la grosura de la tierra será tu morada, lejos del rocío que baja del cielo” (BJ). Es todo lo contrario a la bendición de Jacob.
Maranata
Luis José de Madariaga.
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