jueves, 13 de julio de 2017

SECCIÓN CV (105) ABRAHAM Y LAS DOS NACIONES.

  CONTINUACIÓN DE LA SECIÓN.CV (105) 3:
Gén. 32. El suplantado se quedó las áridas estepas de Edom, y como un proscrito “vivía de su espada” pero justamente esta espada, labrada en el suplantamiento, debía servir para hacer justicia en el suplantador. 

Entre los orientales la venganza es justicia. Código que por desgracia existe hoy día en el oriente. "Ojo por ojo y diente por diente, y sangre por sangre" Ya que son descendencia de Esaú. Los mensajeros que envió Jacob cortésmente a su hermano, volvieron para comunicarle que éste se acercaba con 400 hombres armados. 

¿Quien no avisto Laure de Arabia? Esas tribus con sed de venganza. (Historia de Israel. t. I p. 136). La incertidumbre de este mensaje, la ansiedad ocasionada por el informe de los mensajeros, lo alarmo en extremo. 

Esaú descendía del norte y se hallaba sobre la orilla derecha del Yabboq; por la noche hizo que los suyos vadearan el torrente, para no ser sorprendidos por su hermano durante su paso. Hay tres aspecto de Esaú que deberíamos entender. 

La razón por la cual Esaú fu al encuentro de Jacob llevando esos hombres armados era: 1º Impresionar a Jacob con el debido respeto hacía su poder superior. 2º Quería asegurarse un entendimiento satisfactorio. 3º Emplearía la fuerza si hubiera sido necesario, a los efectos de resguardar sus propios intereses. Es decir: estar preparado para cualquier eventualidad. 

Esaú sabía que Jacob traía una gran cantidad de hombre, que estaban dispuestos a defender a su Señor.
Jacob tuvo miedo, y se llenó de angustia” nosotros haríamos lo mismo. (Gén.32:8). 

Dividió su gente y él se quedo en el campamento base, ya que se disponía abandonar el último. Este momento de soledad, en medio de un período de actividad intensa, fué el momento de Dios. 

El alma de Jacob estaba agitada no sólo por el miedo inmediato a su hermano, sino por el tormento de naturaleza más amplia y profunda. (Gén 32:9-12) Es una oración corta. La oración de Jacob debería ser un modelo para el creyente. 

El pueblo remanente deberíamos humillarnos más a Dios que al mundo. Es un ejemplo de sencillez y dependencia de Dios.  

Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová que me dijiste: Vuélvete a la tierra y a tu parentela, y yo te haré bien. (Gén 32:9). 

Hay cinco puntos que debemos destacar y, que es una lección para nosotros de humildad. 1º Jacob se presento a Dios con humildad. 2º Reconocimiento de la misericordia de Dios. 3º Suplicó humildemente por la protección de un peligro inminente.
Maranata
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