SECCIÓN CVIII (108). ABRAHAM Y LAS DOS NACIONES

CONTINUACCIÓN DE LA SECIÓN (107)
Entonces reconoció Jacob el carácter de su adversario. Comprendió que había luchado con un mensajero celestial, y por eso sus esfuerzos casi sobrehumanos no había obtenido la victoria. (Gén. 32:25-26). 

Era Cristo, “el Angel del pacto,”. Completamente arrepentido y quebrantado, se aferró al Ángel y “lloró, y rogóle” (Ose. 12:4). Debía de tener la seguridad de que su pecado había sido perdonado. El dolor físico no bastaba para apartar de su mente este objetivo de su perdón. 

“Deja que me vaya, porque raya el alba;”. “No te dejaré, si no me bendices.” Si ésta hubiese sido una confianza jactanciosas y arrogante, Jacob habría sido aniquilado en el acto; pero tenia la seguridad del que confiaba su propia iniquidad, y sin embargo confía en la fidelidad del Dios que cumple su pacto. 

Jacob era un hombre cambiado, ya no confiaba en su propia fuerza moral. Si bien en lo pasado había confiado en su propia sabiduría y fuerza, ahora había aprendido a confiar completamente en Dios. Y aquél dijo: 
¿Cual es tu nombre?-- Y él respondió: Jacob, - Y aquél dijo: Jacob no sera más tu nombre, sino Israel [“ Lucho con Dios”]  

Dios quiere dejar una cosa clara al hombre, no importa cual es su religión, estatus o color. “Dios habla en presente, pasado y en futuro” “Dios habla” No sera más tu nombre Jacob, Sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres y les has vencido. [ Notemos que Dios cambio a Abram y a Sarai sus nombre, y las escrituras los llama por su nuevo nombre.(Gén. 17:5, 15). 

A- Jacob era el símbolo del ladrón, embustero, y un largo Etc. Robo la primogenitura de su hermano, que es máximo que un hombre podía hacer. 

 Representaba a las cuadrillas de ladrones del desierto Que hoy día esisten desde Maruecos hasta Arabía. Después de su conversión, Dios le dio un nombre nuevo. “Israel” que significa “Principe de Dios”.] 

Jacob “venció al ángel, y prevaleció.” por su humillación, su arrepentimiento y la entrega de sí mismo, este pecador y extraviado mortal prevaleció ante la Majestad del cielo. Se había asido con temblorosa mano de la promesa de Dios, y el corazón del Amor infinito no pudo desoír los ruegos del pecador. 

El gran error que había cometido Jacob era alcanzar la promesa de la primogenitura por medio del engaño, es en estos momentos que le fue rebelado. Jacob no había confiado en la promesas de Dios, sino que había tratado de ha ceder por medio del engaño y la mentira. (PP. p.197).
Maranata

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