miércoles, 20 de abril de 2011

LA PROMESA DE DIOS A ISMAEL. SECCIÓN I

En el relato del libro del Génesis 21: 15-21, el narrador deja muy claro que Dios le concede a Ismael una gran bendición. Ismael era un joven de 17 años, Abraham les dio suficiente alimentos para el camino. El relato dice: Y ella partió , y andaba errante por el desierto de Beerseba. Y faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un árbol; Y fuese y sentarse enfrente, alejándose como un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho morirá; y sentase en frente, y alzó la voz y lloró.
(foto. Agar sale hacia Beerseba)

Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Levántate, alza al muchacho, y ásele con tu mano, porque
en gente lo tengo de poner. Entonces abrió Dios sus ojos, y vio una fuente (pozo) de agua; y fue, y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.

Y fue Dios con el mu
chacho; y creció, y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto. No sabemos si la esposa que escogió fue dentro de su parentela, según las costumbre de la época se buscaba esposa entre la familia.

Los eruditos han notado un gran paralelismo entre la historia de Agar y su hijo, con la de Moisés. Por ejemplo, ambos huyeron de la presión al desierto y llegaron hasta una fuente de agua (pozo que los nómadas de la región habían hecho, como lo hacen hoy en día en el desierto del Sajara), (Génesis. 16:6,7,14; Éxo. 2:15). (foto. Agar y su hijo en el desierto).

Ambos encontraron a Dios en el desierto (Gén.16:13; Éxo. 3:). Moisés en el silencia del desierto aprende el nombre de Dios (Éxo.3:14), mientras que Agar va más que Moisés y nombra a la deidad (Gén. 3:13). En el desierto, Dios los libra de la muerte, y en particularmente de la sed (Gén. 21:15-19; Éxo.14; 15:22-25; 17.).

Y lo más sorprendente es que ambos llegaron a ser cabeza de doce tribus,
un gran pueblo que hoy conocemos como, Israel, y los pueblos Árabes (Gén. 16: 10; 21:18; 25:12-16; Números 1). Aunque nos parezca difícil de entender ha los seres humanos, Dios cuidó tanto de Ismael y a su descendencia como a Isaac y su descendencia.

Y esto lo deben de entender los pueblos de Oriente y el buen musulmán. Después de todo, Dios el Señor creador
del cielo y de la tierra, le había prometido a Abraham que sería "padre de una gran muchedumbre de gente (Gén.17:5). Sería padre de una gran nación.
(foto. Dios provee el agua).

Quiero llamar la atención del lector, tanto para el creyente cristiano, como para el judío y el Musul
mán. Yo entiendo que el ser humano es libre, y que este no debe de ser coaccionado, ni por la religión ni por la política, ni por cualquier idea que separe su libre abredio. Dios cuando formo al hombre y a la mujer, les dio libertad absoluta.

Para demostrad la lealtad
hacia su creador, la pareja tenia que demostrar su lealtad hacia su creador. ¿como? Dios había plantado en el huerto del Edén dos arboles, el árbol de la vida y el árbol de ciencia del bien y del mal (Gén. 2:9).

En Génesis 2:16,17; 3:3. Se establece la lealtad. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto comerás. Más del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás de él; porque el día que de él comieres, morirás. (foto. Dios amigo del hombre).

En el Corán en la Azora VII, VERSO 18, dice: ¡Adán!: habita con tu esposa en el Paraíso.
Comed de donde queráis, pero no os acerquéis a este árbol, pues estaríais entre los injustos. Estos textos los dejo a la libertad del lector, para que vea y compare el texto Bíblico y lo que dice el Corán. (Eva desobedece a Dios).

Dios no caucionara la conciencia del ser humano, ni forzara su voluntad, porque es un dios de amor, Dios dice: ¿ O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz, sí, haga paz conmigo (Isaías 27:5). La respuesta del amor de Dios la encontramos en Juan 3: 15-17. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. . .

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